Los olvidos: ¿En qué momento deberíamos preocuparnos?
Los olvidos son algo cotidiano que nos puede pasar en algún momento, pero deberíamos preocuparnos cuando esto es repetitivo.
La memoria es un proceso biológico y psicológico que implica la capacidad de recordar un evento después de sucedido.
Las personas tenemos la habilidad de procesar información a partir de nuestras diversas experiencias, y ésta se conoce como nuestra capacidad cognitiva: entre ellas, la atención, el lenguaje y la memoria.
Los problemas de memoria comienzan a ser serios, y se alejan del envejecimiento normal, cuando la vida diaria de quien los padece se ve comprometida, cuando afectan su trabajo y la relación con su entorno. En ese caso, donde el cambio es tan marcado como para que las personas que nos rodean lo noten, es aconsejable hacer una consulta, no perderá nada, sino que ganará en salud y seguridad.
Olvidos y estrés
Cuando una persona se abruma como producto de situaciones estresantes continuas, la mente se satura y necesita aliviar la tensión por algún lado: los pequeños olvidos. Se trata de descargas necesarias para poder funcionar bien, que no son sino un síntoma de que hay que desacelerar la velocidad, y vivir un poco más tranquilos.
Ahora bien, si la pérdida de memoria se produce a causa de una enfermedad degenerativa como el Alzheimer, el tipo de olvido que es diferente. En estos casos la persona no es consciente (a diferencia de los olvidos productos del estrés) de sus lapsus, o bien niega ciertas dificultades que la familia o los amigos perciben, y consideran significativas. Un rasgo característico que hay que tener en cuenta es que estos olvidos ya no son cosas pequeñas, sino que se refieren a sucesos importantes que ocurrieron en un pasado cercano, por ejemplo, el matrimonio de un familiar.
Presta atención a estas señales
Si los olvidos son señal de una enfermedad degenerativa, este atento a estos síntomas:
- Olvidarse palabras comunes al hablar.
- Hacer las mismas preguntas muchas veces.
- Confundir palabras, por ejemplo, decir “cama” en lugar de “mesa”.
- Perder cosas o colocarlas en lugares insólitos.
- Perderse por lugares familiares.
- Sufrir cambios en el estado anímico o en la conducta sin razones aparentes.
- Volverse incapaz de seguir instrucciones en forma adecuada.
Consejos para la memoria
- Hora de recreo: Distráigase con actividades lúdicas que impliquen ejercitar la memoria como jugar ajedrez, resolver sopa de letras, sudoku, crucigramas, entre otros. Puede compartirlo con sus amigos, hijos o nietos.
- A modo de prevención. En caso de que sus olvidos sean frecuentes, consulte de inmediato con un neurólogo, para que le realice las pruebas cognitivas correspondientes. No tenga miedo, peor es quedarse con la angustia de no saber qué es lo que nos está pasando.
- Realice pausas en sus actividades. Si una persona debe estudiar para un examen o está desarrollando un trabajo de mucha concentración, debe focalizar la atención durante 30 o 40 minutos y parar luego 5 minutos. Es bueno darse una pausa de rato en rato.
- No es bueno estudiar horas y horas sin descanso. Es un error pasar horas de horas estudiando sin descansar, porque el cerebro no tiene el tiempo necesario para asociar y almacenar la información de manera correcta.
Nota: MiMejorGuia.com es una página informativa, le recomendamos que consultes con tu médico si presentas algún malestar.
Leer más temas de salud aquí: https://www.mimejorguia.com/categoria/salud/